Aunque disfrazado con el “juego” diabólico de los retos para satisfacción econpomica, es bastante obvia aquí, como subtexto de la trama, la parábola de la degradación laboral contemporánea, y no solo del lumpen proletariado, sino de los oficinistas y de los asalariados en general quienes, como ha estudiado Byung-Chul Han en The Burnout Society, ahogados en metas y en deudas autoimpuestas, no escatiman en perder la salud sino incluso llegan a la más brutal humillación por tareas y ascenso.Puchit enarbola al ciudadano promedio que hace tiempo ya perdió el respeto por su integridad moral con tal de recibir un sueldo que por lo pronto lo envuelve en una ilsuión de alivio. Al Puchit se le juntó todo, le han embargado el auto por falta de 3 meses de pago, su madre la ha pedido 8 mil BAHT para la inscripción de su hermanito y por si fuera poco, un compañero PROm le ha robado una cventa de su cliente así que lo han despedido de Sahamongkol Music. Cuando puchit recibe la extraña llamada fijaos en el inquietante paralelismo del hilo narrativo del filme con las reflexiones de Byung-Chul.

La voz anónima lo pone a prueba con algo sencillo como matar y luego comerse una mosca. Cuando alguien recién ingresa a una empresa, ¿no son acaso nulos o en todo caso nimios los sacrificios que os exige el consercio o firma o empresa del Estado? A Puchit también solo se le ha pedido que mate una mosca y en la siguiente llamada que se la coma.Otra cosa es entrar a un jardín de niños o zona de niños y hacer llorar a 3 de ellos sin que los escrúpulos propios no atormenten. Las empresas actuales pueden llegar a absorber al punto de no permitir el ver a vuestros hijos, o madre los fines de semana, y luego días festivos. Byung-Chul observa que el paso de la explotación externa a la autoexplotación implica que el sujeto se vuelve a la vez explotador y explotado, borrando los límites éticos tradicionales y normalizando la violencia contra sí y contra los demás. Así que al diablo los escrúpulos, que lloren los niños aunque sea denunciado en la policía y por cierto llegue también al lugar el pordiosero a quien (en la prueba o reto 5 de 13) le ha hurtado las monedas que la gente le otorga de limosna.

En el reto en que se le envia excremento y debe comerlo en el restaurant no solo está la humillación sino que la mujer y otros comensales permiten entender que su imagen propia se ha devaluado para él mismo -su compañera Tong inclusive lo sorprende en el lugar antes de vomitar- al grado de no importarle que le vea comer la deposiciones. EL reto por 800 mil BAHT de deshacerse de su teléfono móvil comenzará a arrinconar emocionalmente al chico, se entiende por ende la pelea en el transporte y caída, para después tener la obligación de ayudar a Chew, el abuelo de una familia que hace al menos 10 días está muerto y cuyo cadaver corrído, putrefacto, debe sacar del pozo, en la espalda en una operación denigrante y absolutamente infecta. La serie de retos o más bien atrocidades continuarán, son 13 y eso inckuye ingresar a un hospital siendo perseguido por las autoridades desde la mañana y secuestrando o extrayendo del nosocomio a una anciana casi en estado de demencial senil, confeccionar o atar una cinta a medio camino carretero con la que morirán degollados o exposición encefálica una decena de motociclistas y además, al darle alcance su compañera Tong, obligado a decidir entre asesinarla a ella o a su mascota pomerania ya sabemos lo que hará. COn el sable de samurai hace una carnicería de una vaca y más horrores hasya llegar al último reto de una persona sentada en una silla que se imagina es su padre, el cual en la infancia golpeaba a su mamá. Aquí se prueba la nobleza de Puchit quien, se rinde. Deja caer el cuchillo de matarife pero entonces sabremos que aquel de la silla de ruedas no es su papá, solo se lo imaginpo y además es otro jugador, John quien gana el reto de los 13 apuñalando a Puchit quien cae muerto ante las cámaras. Tong le grita asesino al niño y cabeza de toda la organización web, Mr.Kie. Y señala que escondiéndose en la máscara e hipocresía moral hay que ver todo lo que los humanos, sin embargo, son capaces de hacer por dinero. Es una historia triste, pero ¿todo lo que se acerca a la fidelidad de nuestros tiempos acaso no lo es?


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