Deliciosa adaptación cinematográfica del Mricchakatika de Sudraka; ejemplar por abordar una obra compleja pero con una indiscutible sencillez del hilo narrativo -el pícaro presentador omnisciente me ha hecho recordar al inicio los cuentos para niños-. La cortesana Vasantsena huye del palacio real ante la corrupción de un mal rey, Palaka, pretende obligarla a ser poseída por su cuñado Sansthanaka y así es como tendrá lugar una de las escenas más lindas; el lirismo vivo que desborda el solemne comerciante brahamán Charudutt con su flauta y enseguida con su canto es hechizante no solo para el espectador sino para la propia ramera Vasantsena quien resulta anonadada al esuchar la entonación del brahamán en plena noche, en el templo a Cupido. La complejidad radica en entender que una meretriz en fuga, hija de una familia rica pertenecía a una clase importante como la de las cortesanas -no era una casta o clase deleznable ni mucho menos- se refugia con un mercader excesivamente pobre. Digno de delite es todo el tiempo del mundo que le dedica casi 1o minutos para la escena en que torpemente Charudutt ayuda a la cortesana a despojarse de esclavas y pulseras metálicas -aprovechando también que no se encontraba la guapa esposa Aditi- mientras los escarceos Vasantsana-Charudutt afloran hormonas en ambos a mil por hora sin que la tenue luz impida imaginar ni perderse detalles, es decir. al dente lumínico. Cuando días después la madre le reproche haber olvidado sus halajas allí con un pobretón eso molesta a Vasantsena.
mi own trailer https://aqueronte72.com/wp-content/uploads/2025/11/desktop-2025-11-15-01-33-27-p-m.mp4
En la historia se mencionan referencias búdicas y no falta la escena que refuerza las raices espirituales cuando un pordiosero -fingiendo llevar un mensaje de Charudutt- llega al enorme aposento de la madre de Vasantsena perseguido por acreedores de juego y cuando la cortesana calla a sus compañeras y servidumbre, paga la deuda del forastero y escucha su confesión, que se inventó la excusa para escapar de aquellos a quienes debe, pero en realidad no conoce a Charudutt. Cuando el vagabundo se marcha dice: si tomar prestado el nombre de un ser humano como Charudutt me salvó la vida, repetir el nombre de Dios a partir de hoy me salvará el alma. Uno de los niños hijos de Charudutt y Aditi -Rohit- casi delata al padre por mostrar uno de los ornamentos olvidados por la cortesana pero finalmente la esposa le descubre y se maercha indignada. Cuando el ladrón Sajjal, (insistente en amar a la guapa Madanika, al grado de colarse por las noches para verla), entrega los ornamentos y brazaletes de parte de Charudutt de vuelta a Vasantsana, ella cumple su palabra de devolver a quien los entregara con algo bello y dulce y así, espontáneamente entrega como pareja a su fiel Madanika al ladrón.Mientras tanto el beligerenta guerrero Aryak, simbolizando la protesta, poco a poco se acerca al final que es derrocar al pésimo rey Palaka. El despreciable Sansthanaka por fin coge desprevenida a la bella cortesana y en el forcejeo la asfixia por su intento de violarla. Así es como termina por ser acusado Charudut injustamente de matar a Vasantsana y además de robar sus joyas y ornamentos. Pero la escena final es por demás chusca aunque torpe en su forma cinematográfica y de movimientos de cámara. Justo cuando ambos verdugos, de lado y lado alzan el hacha o espada para decapitar al sentenciado, llega corriendo Aditi la esposa y le llora y ablanda a los guardias. Luego continúan y justo antes de dar el sablazo llega corriendo Vasantsana al esa monte o promontorio al aire libre. Se descubre entonces que no era cierto que Charudutt había matado a Vasantsana. Por tercera ocasión van a decapitar al brahamán y llega un mensajero cabalgando anunciando el derrocamiento del rey nefasto y el edicto de Aryak de indultar por ese día a todos los ladrones y acusados.


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