Usualmente diría que es humor negro, pero el ataúd color rosa traicionará mis palabras desde un principio. Ahora bien, ¿se supone que todos los romances son rojos, por el corazón? ¿pero late el corazón de un muerto? y ¿aquí hubo romance? solo es una clienta que pidió que el ataúd de su difunto se pintara de rosa, pero estaba tan consternada de dolor, que cuando escuchó recitar al jovencito Artemyi (ayudante de sepulturero) los irreverentes versos del poema de Tinyakov frente al muerto, no pudo salvo saltarle al chico y besarlo como si mañana se muriese ella misma.”Maybe there are differetn geniuses in those coffins, maybe there´s the poet Gumilev, I despised and spat on everyone, alive and well. Soon, of course I will also become a carrion full of worms. But while I´m alive. I rejoice over the corpses…”. Me encantó la historia, pasajera, fugaz como la vida. Y cuando la chica se retira del cementerio, ¿volveré a verte mañana? ella gritó No. ¿Los rezos de 9 días? No. Y el aprendiz de sepulturero y el sepulturero mismo vuelven a su soledad a esparar más muertos. Artemyi cincelando la madera cpn esas manos que según su padre son para cargar ataúdes.


Leave a comment