Con la crítica sutil, pero sobre todo tensión durante la improvisada cena contra Donghwa se entiende el climax progresivo de Sang-soo, pero para ese resultado -para mí- no vale la pena el aburrido viaje de 100 minutos. Decimos los humanos comúnmente, cuando un encuentro casual obviamente no planeado, terminó de buena fe en un convivió memorable, que si se hubiese agendado jamás habrían sucedido de forma tan idónea las circunstancias. Por fuerza de empeñarse Sang-soo en su estilo íntimo, minimalista, que por cierto le funciona con mucha eficiencia como método, por fuerza de explorar las transacciones mundanas a través de un largometraje que se muestra primero en Berlín en Venecia, pero que paradójicamente está filmado como si se tratara de un Homevideo -para cargar de un halo más genuino el relato de Ha Dong y Junhee- una buena tarde, después de 3 años de novios, el joven poeta conoce a papá y mamá de su novia. Me gustó la escena que sí pareció espontánea, aquella donde el papá se lleva el auto del novio recién conocido y simplemente en un par de minutos deconocerlo usa el auto. Después ocurre la menición a la hermana de Junhee quien atraviesa problemas de salud mental y depresivos y mientras, practica con su gayageum y se hacen confidencias, ejerciendo cierta presión familiar en Junhee quien cree que aun no están ambos del todo listos para el matrimonio.

Otro tópico es la comparación de tipos de sabiduría —aprendida por estudios (por los libros, le confiesa el papá a Donghwa) o por experiencia refiriéndose con admiración a su esposa quien también es poetisa— y la valoración de las decisiones de vida de dicha madre, quien dejó su carrera para centrarse en la familia. El padre describe a Junghee como “mi ángel”, confiable, amable y con una mentalidad sana, sin desviarse del camino correcto. Respecto a la cena, la crítica hacia el novio se inflama ligeramente. Varios comentarios sugieren que lo ven inmaduro o poco apto para un compromiso serio con Junhee, como cuando afirman que “a este paso, nunca llegará a ser un verdadero poeta” y que “no está destinado a ese tipo de lucha” , o cuando concluyen de forma tajante que “Junhee no podría soportar a alguien así” ya que “no tiene (el muchacho o sea Donghwe) ni una sola de esas cosas” que caracterizan a una persona talentosa o capaz. Repito que la obra es amena pero más allá de una exploración que, por lo demás, casi cualquier padre y madre haría con el novio o novia de sus hijos.


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