Otra vez 1 por ciento de un tema real, actual, vigente reinventado como docudrama para facilitar la divagación narrativa y llenar 100 minutos de escenas espesas de estética minimalista -cansada en más de dos o tres de ellas- y aprovechando como argumento central los mismos clichés de cualquier guerra -la esposa e hija del actor pero también soldado quien se queda en Kiev- mientas ambas mujeres prefieren Austria, y lo peor, el suponer que el público puede creer en un personaje ex soldado y ahora director que además preferir filmar puras tomas melancolicas (ni siquiera guerra que ya no hay) espera que su familia sea la equivocada y regrese.

Como contraejemplo ruego se recuerde a Hemingway con su ex mujer por incluirla en sus escritos, pero supongamos -aunque repito que no concedo-que una esposa aceptaría -o no le molestaría del todo- que su matrimonio fallido se ventile en el libretto de cine que casi ha nacido muerto, todavía me tendrían que convencer como espectador que el filme sigue teniendo suspense, misterio, o algún tipo de pertinencia o de interés que no sea nostalgia como ya dije, porque el asunto vuelva a ser la fragmentación familiar y traumas de la guerra en Ucrania.


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