La sinopsis miente, en ningún momento se rompe violín. El pequeño Niccolo muy seguramente aspira a emular a Paganini y por ello interpreta diabólicamente La camapenalla del maestro genovés, y su ascenso es tan vertiginoso que de pronto se ve en una cúspide cegado por la vanidad bien merecida en su revolución violinísrica, en eso percibe que en la cúspide una enorme mano no es todopoderosa y no es la de Dios, guiña a la Creación de Adán de la Capilla Sixtina pero es la mano del rival de adonai -a mi entender- y esto lo cambia todo cuando deberá tocar frente a un séquito de alta alcurnia con gorgeras y expresiones fatuas horrorosas como sacados de una pintura de Grosz o de Hannah Höch de la República de Weimar.

EL corto es maravilloso por su simbolismo, fijaos en la multitud que vio cómo pasó de la infancia a la madurez artística, está muy abajo ya, Niccolo se apoya en el pretil allá arriba y es cuando llega esa mistyeriosa mano como del anti Pentateuco que le dicta su orgullo y vanidad, a menos que prefiera seguir abajo con la muchedumbre menos opulenta y de modales postizos.
el corto https://www.facebook.com/reel/2174561349706396
EL cielo es como una penumbra en ese momento decisivo, como en (otra vez una pintura) La Isla de los muertos de Arnold Böcklin. Me encantó, ¿a poco no a todo artista, por local que esta sea, le llega su momento de decidir si venderse o mantener su inspiración sin tanta elavación peligrosa?


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