Las imágenes bucólicas son fascinantes, Giuli escanciando el agua en el rostro perplejo de Mitro, las ovejas, la belleza del Caucaso como un detalle más de la expresionismo de la segunda década del siglo pasado. Es una doble fortuna disfrutar de esta obra maestra temprana del cine, georgiano; la primera es haber sobrevivido un siglo en tan buenas condiciones, y la segunda, aunque quizás sea la primera en importancia, el que se haya filmado antes de la vergonzosa manipulación del catecismo comunista que ya se avecinaba; el realismo social del que da cuenta esta tragedia refleja las históricas disputas territoriales, y para fines de esta obra culturales, entre los azeríes o azerbaiyanos musulmanes versus los georgianos de devoción cristiana. En ese contexto se ancla está fatídica historia de amor entre Giuli y el buen mozo Mitro. El problema será como lo ha sido a lo largo de la humanidad (a) la intolerencia de aquellos de Alláh islámicos contra los de Adonai Jehová, y (b) como hoy sucede entre Israel, Palestina, Afganisrtán y demás, el territorio pastoril y las creencias de ambos.

ver el filme, mientras no lo retiren https://www.facebook.com/aqueronte72/videos/2623884621298621

Debido al encono entre ambos partidos religiosos, mujer y hombre no pueden amarse, y en la ausencia de Kuchuk, el padre de Giuli, la madrastra quien poca estima por la hija tenía, decide venderle la jovencita al viejo aunque rico del rumbo llamado Ali, repleto de ovejas y vacas y tierra cultivable. Ali se la lleva y comienza el tiempo de profunda soledad y tristeza de Giuli. El único que la mira sin reserva pero sin hacer nada es Kerbalai, el circunspecto hijo de Ali quien mira avergonzado al padre por su comportamiento. Después de armarse se valor ante los escarceos de Mitro y su divino amor por él, muy a pesar de ser profesar otro culto, decide empalagar de halagos a su marido ALi, lo que no solía hacer, y al dormir el viejo en la medianoche salir rumbo al hospedaje de Shakro. Cuando el rico Ali convoca a todos los pastores y agricultores para alarmarlos en la búsqueda de Giuli, Kerbalai toma rumbo y se encuentra con Mitro.

Le ofrece humanamente ir a por Giuli y traérsela. Desgraciadamente ALi ha seguido de cerca a su hijo a quien le rogó fuera por Giuli. Es tan bello y tan triste el susto que Giuli se dio al creer que Mitro le silbó y era en realidad Kerbalai. Pero el hijo de Ali le pide calma y le dice que la llevará con su amado, ay, en el camino un padre endiablado, Kerbalai para él ha traicionado al Padre y al padre, a Allah y a él, Dispara y mata a Giuli. Trágico desenñace para una mujer que no tuvo suerte en este vida. He musicalizado el filme con Leonard Bernstein dirigiendo La consagración de la primavera de Stravinski y la Sinfonía n°. 5 de Sibelius en 1966 para la BBC. Considero lo si¿uficientemente bello y metafísico el final de Sibelius para cerrar esta tragedia.