¿Una escritora, militar que también trabajó para la CIA y escribió relatos de culto imprescindibles de Ciencia Ficción con una perturbadora mirada filosófica bajo el pseudónimo de hombre y no de mujer? James Tiptree, Jr. era en realidad Alice Sheldon y esta colección de relatos es rara, solo conocida por los ratones de biblioteca. “Cantos estelares de un viejo primate” es una joya de preguntas a través de sus relatos, los cuales he reseñado por partes.
El cuento “Un momentáneo sabor de existencia” critica la desesperación colectiva que puede llevar a la aceptación acrítica de “soluciones” milagrosas, incluso frente a señales de peligro. La estructura jerárquica y las dinámicas de poder en la nave (la investigación de Lory, las decisiones del capitán Yellaston) reflejan cómo las crisis pueden ser manejadas o encubiertas por el Finalmente, plantea una sombría perspectiva sobre el destino de la humanidad: la huida hacia adelante, hacia un “Edén” que podría ser una trampa existencial, impulsada por una necesidad primordial de escapar de una condición (posiblemente una Tierra moribunda o una vida sin sentido) que se ha vuelto insoportable. La facilidad con la que los individuos abandonan su realidad por estas visiones personalizadas subraya la fragilidad de la psique humana y el poder de los anhelos insatisfechos.
bien de una “misión” o una esperanza mayor, aunque esta se base en el engaño o la autoilusión.

La historia relata los acontecimientos a bordo del “Centauro”, una nave espacial en busca de un planeta habitable para la humanidad. El Dr. Aarón Kaye, médico de la nave, se encuentra en cuarentena junto a su hermana Lory, quien ha regresado sola de una misión exploratoria tras un año de viaje solitario. Lory afirma haber descubierto un planeta idóneo para la colonización humana, trayendo consigo un espécimen extraterrestre similar a una planta o vegetal sin estructura neuronal definida . Durante la cuarentena, Aarón experimenta inquietantes sueños y sensaciones inexplicables relacionadas con el espécimen. En los interrogatorios, Lory explica que el resto del equipo de exploración decidió quedarse en el planeta para iniciar la colonización, pero las grabaciones y registros de la misión están misteriosamente borrados . Aarón empieza a sospechar que su hermana oculta algo, recordando que Lory nunca ha sido diplomática ni considerada con las imperfecciones humanas. Se revela que Aarón y Lory mantuvieron una relación incestuosa en su juventud, lo que complica la objetividad de Aarón hacia su hermana . A pesar de las dudas, la cuarentena se levanta y la tripulación se entusiasma ante la posibilidad de un nuevo hogar. Conforme avanza la historia, Aarón comprende la terrible verdad: el espécimen extraterrestre no es una simple planta, sino un catalizador para la metamorfosis de la humanidad. El planeta no está destinado a ser colonizado por los humanos tal como son, sino que representa el siguiente paso evolutivo donde la humanidad será transformada o absorbida en algo distinto .
Está claro que “Un momentáneo sabor de existencia” es pesimista pero mucho menos que otros de los cuentos en este ómnibus. La obra aquí, explora profundamente la tensión entre la supervivencia de la especie y la preservación de la humanidad como la conocemos. Se cuestiona si el progreso evolutivo justifica el abandono de nuestra identidad actual. el concepto de Biopoder de Michel Foucault es muy pertinente para analizar la misión en Un momentáneo sabor de existencia. El Biopoder, desarrollado por Foucault en obras como Historia de la sexualidad y sus conferencias en el Collège de France, se refiere a las formas en que el poder se ejerce sobre la vida misma, regulando y controlando los cuerpos, las poblaciones y los procesos biológicos para garantizar la productividad y la supervivencia de una sociedad, a menudo bajo la justificación de un bien mayor.

En el contexto de la historia, la misión del “Centauro” y el descubrimiento del espécimen extraterrestre que actúa como catalizador para la metamorfosis de la humanidad pueden interpretarse como una manifestación extrema de Biopoder. La transformación propuesta no es simplemente un cambio biológico, sino una intervención radical en la esencia misma de lo humano, decidida por fuerzas que trascienden el control individual de los sujetos afectados. Esta situación refleja cómo el Biopoder opera a través de la gestión de la vida: la selección de quiénes serán transformados (metáfora de los espermatozoides y óvulos) y quiénes serán descartados implica una forma de control biopolítico que determina el futuro de la especie sin considerar necesariamente la autonomía o el consentimiento de los individuos.El Biopoder también se conecta con la idea de “normalización” de Foucault: la transformación evolutiva podría interpretarse como un intento de “normalizar” a la humanidad hacia una nueva forma de existencia considerada superior o más adecuada para el entorno del nuevo planeta. Esto plantea una crítica ética, ya que dicha normalización implica la erradicación de la diversidad y la identidad humana actual, un tema que Foucault aborda al analizar cómo el poder define lo que es “normal” y margina o elimina lo que no se ajusta a ese estándar. No creo estar forzando a un muy activo Michel Foucault en los 70 cuando esta colección se publicó. El concepto de Biopoder justamente permite interpretar la forma en que la misión en “Un momentáneo sabor de existencia” refleja un control totalitario sobre la vida y los cuerpos de la humanidad, justificando la pérdida de identidad y autonomía bajo la premisa de la supervivencia y el progreso. De hecho, este cuesionamiento foucaltiano será aun más evidente en el relato “Tu corazón haploide” que abre esta edición.


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